La gente recordará el día en que el capitán Chesley "Sully" Sullenberger aterrizó el vuelo 1549 de U.S. Airways en el río Hudson. 

(O al menos recordarán a Tom Hanks haciéndolo).

El avión de Sully se estrelló contra una bandada de gansos, que apagaron el motor. No hojeó frenéticamente el manual: "Gansos... gansos... ¿Qué hago?" 

Durante décadas, Sully había memorizado el manual para cada una de las situaciones. Su respuesta era natural. Cualquier otra cosa habría significado el desastre para 155 pasajeros.

Todos tomamos vuelo en el matrimonio con las mejores intenciones, deseando un matrimonio bíblico y que agrade a Dios. Pero la vida se complica. Varios gansos arruinan las cosas. 

Y la mayoría de los días, simplemente estamos improvisando. 

Pero si las Escrituras son realmente "lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino" (Salmo 119:105), entonces sin ellas nos estamos perdiendo algo sustancial. 

Pero, ¿cómo se domina la Biblia más que un manual de vuelo?

No es fácil. No hay atajo para aprender las Escrituras. Igual que no hay una manera fácil de aterrizar un avión en el agua. 

Pero si tu objetivo es el conocimiento innato del manual de vuelo matrimonial, incluso cinco minutos hoy importan. Dedícalos también mañana.

Pronto, el matrimonio, sin un contacto constante con la Biblia, no tendrá sentido. 

E incluso cuando el contacto no signifique supervivencia, tu matrimonio simplemente funcionará mejor.

Recuerdo cuando iba a nuestro pequeño grupo de estudio bíblico y le decía a mi esposa lo mucho que me gustaba, no sólo que la amaba, sino que me gustaba. Fui específico. A ella le encantó (lea Proverbios 16:24). 

Pero una hora más tarde, ella me honró delante de todo el grupo. 

Me explicó: "Lo siento, cariño. Romanos 12:10 me ordena que te supere en honra. Ese verbo es competitivo. Tenía que ganarte”.

Dios escribió la Biblia para ti: para ayudarte, guiarte e instruirte en esta aventura como marido y mujer. Él anhela encontrarse contigo en ella y transformarte a través de ella.