El experimento de la golosina

por MARC BARETH

¿Alguna vez has oído hablar del experimento de la golosina? Si nunca has oído hablar de él, debería ver algunos videos en YouTube. Los niños  atrevidos se vuelven locos por reprimirse porque les han prohibido comerlos. ¿Por qué? Porque les han dicho que si pueden resistir la tentación de comer la golosina durante un período de tiempo, obtendrán otro como recompensa.

El experimento puede parecer muy simple, pero las lecciones que extraemos de él son muy profundas. Aquellos que pueden resistirse a comer la primera golosina muestran la capacidad de rechazar la gratificación instantánea para obtener una recompensa mayor después. Esta habilidad tiene un gran impacto en muchos otros aspectos de la vida. Los niños que saben esperar generalmente serán los más exitosos en la escuela, tendrán mejores habilidades de interacción social y tendrán más confianza y serán más capaces de lidiar con el estrés.

Pero, ¿Qué significa esto para nuestras relaciones? Es muy simple. Todos los días, puedo decidir en qué invertir mi tiempo y energía. Cuando los invierto en mi matrimonio o en mi relación con mis hijos, la gratificación instantánea suele ser pequeña. En una década más o menos, quizás se vean los frutos de estas inversiones. Veré los beneficios solo si espero un cierto período de tiempo; continuará existiendo una relación amorosa con mi cónyuge y mis hijos confiarán en mí y me respetarán. Sin embargo, es diferente si decido invertir mi tiempo en proyectos en el trabajo o si paso "tiempo de calidad" con mi computadora portátil o teléfono móvil. Quizás reciba una recompensa inmediata por este tipo de elección como el elogio y la estima en el trabajo o la tranquilidad y la paz frente a la pantalla. Pero, ¿a dónde me llevará esto en 10 años? ¿Qué necesito hacer ahora para lograr las cosas verdaderamente importantes en la vida en el futuro?

Quiero animarte hoy a que escribas 3 cosas que crees que son profundamente importantes para ti en tu vida. Y luego hacer un plan para invertir tiempo intencionalmente en esas cosas, incluso si no habrá una recompensa inmediata o visible. Llegará el segundo golosina, ¡te lo prometo!