No pasa nada por no estar bien (1ª parte) ☕
por Lisa Lakey
traducido por Marian Bootello Bueno
Estaba comiendo con una amiga justo después de la mayor pelea entre mi marido y yo hasta la fecha. Me dolía la cabeza. Pero me dolía más el corazón. Sin embargo, allí estaba yo... fingiendo sonrisas y carcajadas mientras comíamos unos sándwiches en un patio del centro de la ciudad.
Pero ella lo sabía.
"¿Está todo bien, Lisa?" Le aseguré que sí.
"¿Y tu marido? ¿Está bien?"
"Sí", respondí rápidamente. "Él está bien. Yo estoy bien. Todo está bien".
Pero no estaba bien, como mi amiga (y quizá los que estaban más cerca de nosotros en el patio ese día) se dio cuenta rápidamente.
Omití buena parte de los detalles (te contaré por qué en la reflexión de la semana que viene), pero le hice saber que habíamos discutido y que todavía me dolía. No se entrometió, pero me dio libertad para procesarlo.
Disfruté del resto de la comida sin sonrisas falsas. Y aunque en ese momento no se resolvió nada entre mi marido y yo, no me sentí tan estancada.
Cuando nos negamos a que nadie se entere de nuestro dolor, a admitir que las cosas no van bien, cargamos con ese peso nosotros solos. Y esa carga se acumula y se pudre.
No estoy diciendo que airees tus trapos sucios por toda la ciudad (ni mucho menos en las redes sociales). Pero, ¿hay alguien en quien confíes lo suficiente como para no estar bien? Piensa en cómo puedes derribar tus muros, dejar que entre un poco de aire y que tus hombros no se sientan tan pesados.
No pasa nada por no estar bien. Pero no lo hagas solo.
FE + AMOR + VIDA
LO BUENO: El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo. (Proverbios 27:9)
PUNTOS DE ACCIÓN: ¿Tienes un amigo/a a quien recurrir cuando la vida no va del todo bien? Ora para que Dios te envíe un amigo/a de confianza.
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Este contenido traducido es una modificación de la versión original en inglés.