La palabra "sumisión" 🕺🏻💃🏻
por Leslie J. Barner
traducido por Lucía Leal
Cuando escuché por primera vez que las esposas cristianas deben someterse a sus maridos, fue como que me dieran un puñetazo en el estómago.
Soy la mayor de cuatro hermanas. Siempre he estado acostumbrada a liderar, y la palabra “sumisión” no estaba en mi vocabulario.
Durante los primeros meses de nuestro matrimonio, las pequeñas decisiones podían convertirse en grandes batallas. Fue entonces cuando una de esas batallas se volvió nuclear. Yo exploté, pero Aubrey permaneció tranquilo y cariñoso mientras se mantenía firme.
Deseosa de paz y armonía en nuestra relación, decidí averiguar más sobre lo que la sumisión bíblica significaba.
Una verdad que cambió mi actitud fue descubrir que Dios no me llamaba a ser inferior a mi esposo. Ambos somos portadores de Su imagen (Génesis 1:26-27). Somos igualmente amados y valorados y tenemos igual acceso a Él (Romanos 8:17). Sólo que Él nos llama a desempeñar papeles diferentes.
El papel del marido es primero el de siervo—amar a su esposa con sacrificio y humildad—y luego el de líder que, a su vez, sigue el ejemplo de Cristo (ver Efesios 5:25).
El papel de la esposa es el de ayudante (Génesis 2:18). Para liderar bien, un marido necesita la ayuda de su mujer—su consejo y su participación en la relación, hogar y vida familiar, incluyendo la toma de decisiones.
También aprendí que la sumisión no es sólo para las esposas. Ambos cónyuges están llamados a la sumisión. Efesios 5:22-29 me dice que debo someterme voluntariamente a la autoridad de mi esposo por obediencia a Dios. Y mi esposo también se somete a la autoridad, la autoridad de Cristo.
Llegué a comprender que la sumisión no era ser dominada o controlada. La autoridad que Dios da a los esposos refleja la relación de Cristo con la iglesia, por la cual Él entregó Su vida.
Con un entendimiento de lo que la sumisión bíblica es (y no es) y un deseo de obedecer a Dios, Aubrey y yo pasamos de estar en una guerra total a convertirnos en un equipo unido.
FE + AMOR + VIDA
LO BUENO: "Ahora bien, quiero que entendáis que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo." (1 Corintios 11:3)
PUNTOS DE ACCIÓN: Esposa, sabiendo lo que es (y lo que no es) la sumisión bíblica, ¿cómo podrías ceder ante el liderazgo de tu marido (por ejemplo, apoyando una decisión que él haya tomado aunque tú no estés de acuerdo)?
Esposo, ¿cómo podría ser para ti un siervo líder de tu esposa (dando tu vida por ella)?
Luego, juntos, identificad algunas dudas que aún podáis tener sobre la sumisión, y algunas posibles soluciones para abordarlas. Por ejemplo, si hay una falta de confianza, hablad de algunas maneras en que podéis reconstruir la confianza juntos.
IDED I Do Every Day 365 Day Devotional
©2024 FamilyLife®. All Rights Reserved.
Este contenido traducido es una modificación de la versión original en inglés.