Mantenimiento en la relación

por Marc Bareth

Un día, mientras conducía, escuché el aviso y, con gran vacilación, miré hacia el tablero para ver qué aviso era. Afortunadamente, no fue el aviso del motor. El coche simplemente me estaba indicando que era hora de hacer un control rutinario, esos controles que se realizan más o menos anualmente dependiendo de cuánto conduzcas el coche.

Ahora, imagínate una visita al dentista. Desafortunadamente, no hay una luz de advertencia instalada en tus dientes para indicar cuándo es el momento de un chequeo. Sin embargo, muchas personas van al dentista con regularidad, incluso si no tienen dolor de muelas. Los chequeos rutinarios combinados con intervenciones menores ayudan a prevenir despertarse en medio de la noche con un terrible dolor de muelas que requeriría una cirugía grande y costosa. 

La prevención es una sabia inversión porque nos ayuda a evitar problemas mayores e inesperados, como dice el viejo refrán "es mejor prevenir que curar".

El mismo principio se aplica a las relaciones. Podemos ahorrarnos dolor emocional, dolor interior, tiempo y gastos si realizamos controles rutinarios y hacemos algún tipo de mantenimiento a intervalos regulares. De la misma manera que es más fácil realizar una limpieza dental regular que tratar la caries, es mucho más fácil y agradable hablar sobre sus necesidades o enfrentar conflictos para encontrar soluciones juntos cuando todavía se llevan bien. 

Entonces, ¿en qué consiste el mantenimiento de la relación? Podría significar tomar un curso para parejas o tener algunas reuniones con terapeutas o consejeros. También podría significar leer un libro juntos.

El mantenimiento regular de la relación no garantiza que nunca habrá daños, pero ciertamente aumenta la probabilidad de que los problemas se reconozcan a tiempo, de modo que puedan abordarse en un momento en el que todavía es relativamente fácil hacerlo.