Toda relación es una relación intercultural

por Marc Bareth

 

Cuando iniciamos una relación, conocemos a una persona que ha crecido de manera diferente y en un entorno diferente al nuestro. A veces, las diferencias son pequeñas. Otras veces son más grandes. Algunas son obvias, mientras que otras aparecen solo cuando hacemos una pausa para observar con más atención.

 

Cada familia tiene su propia "cultura familiar" que consiste en reglas y comportamientos tácitos, es decir, todo lo que la familia considera normal. En muchos casos, la primera vez que comenzamos a reconocer verdaderamente nuestra cultura familiar es cuando entablamos una relación seria. Esto arroja luz sobre nuestras normas culturales, muchas de las cuales se han introducido desde la infancia. 

 

Por ejemplo, puede descubrir que sentarse juntos para cenar no siempre es obvio, o que la política puede ser un tema favorito para algunas familias, mientras que compartir opiniones al respecto puede ser un tabú para otras.

 

En cada relación, entran en contacto diferentes familias de origen. Entonces, de alguna manera, cada uno de nosotros está en una relación intercultural independientemente de nuestros orígenes. Es cierto que personas de culturas geográficamente diferentes se enfrentarán a problemas particulares, determinados precisamente por su diferencia específica. Sin embargo, el desafío de integrar dos culturas familiares diferentes en una nueva es algo que todas las parejas enfrentan.

 

La temporada navideña es una gran oportunidad para un choque cultural. Las discusiones comienzan incluso antes del adviento y la discusión es sobre la forma "correcta" de celebrar la navidad. 

 

¿Se invitará a toda la familia extendida o solo a miembros cercanos de la familia? ¿Daremos regalos a todos o solo a los que serán vistos? ¿Cuál es el menú "perfecto"? ¿Tradición y originalidad?

 

Incluso, la vida cotidiana nos ofrece varios desafíos cuando chocan diferentes versiones de lo que es "normal". Quizás el tono de voz de la esposa durante una conversación normal es demasiado agresivo para su esposo, por lo que las declaraciones objetivas le parecerán ataques. Y si su familia resolvió los problemas echándolos debajo de la alfombra, su "normalidad" probablemente volverá loca a su esposa.

Para desarrollar una nueva cultura compartida, es importante mostrar interés en los antecedentes familiares de su cónyuge y seguir aprendiendo cada vez mejor los motivos de ellos. Este proceso de aprendizaje a largo plazo debe ser necesariamente igual de parte de ambos. Si alguno de los dos piensa que su cultura es superior, que "mi camino es el correcto y el tuyo está mal," ambos están condenados al fracaso. La actitud más constructiva debe mostrar apertura para aprender una nueva cultura. Con esta actitud, cualquier pareja intercultural podrá sacar lo mejor de ambos mundos y crear una nueva cultura familiar sana.

UN PASO MÁS PARA MI RELACIÓN:


Piense en algunos aspectos diferentes entre su cultura familiar y la de su pareja. Con una actitud abierta, pídale a su pareja que le cuente más al respecto.