Puertas corredizas

por MARC BARETH

 

Uno de los descubrimientos más importantes y sorprendentes en los 40 años de investigación del Dr. John Gottman son las “puertas corredizas,” o esos momentos de actualidad en una relación encrucijadas que pueden hacer que la relación continúe en una u otra dirección. Su trabajo ha demostrado que la forma en que reaccionan las parejas en estas situaciones tiene un gran impacto en el fracaso de una relación o en su duración a largo plazo.

 

Las puertas corredizas son esos momentos de la vida cotidiana en los que el cónyuge abre una puerta para crear una conexión emocional con el otro, esperando una reacción positiva, como un abrazo, una sonrisa, un agradecimiento o un gesto amable.

 

Por ejemplo, una “puerta corrediza” se abre cuando el esposo busca la confirmación de su esposa mientras conduce diciendo: “¿Viste cómo me cortó el camino?” O cuando la esposa toca suavemente el brazo de su esposo durante una acalorada discusión. Incluso, una expresión de preocupación en el rostro de tu esposa es este tipo de franqueza que es una oportunidad para que el marido se dé cuenta de que algo le preocupa y que le pregunte más al respecto. 

 

Este tipo de gestos crean una conexión y ofrecen nuevas oportunidades para la relación. Cuando un cónyuge entra por una de estas puertas y acepta la oferta de participar en la relación, la confianza aumenta. Por el contrario, si estos momentos pasan sin ninguna reacción, la relación eventualmente se romperá. El miedo al rechazo llevará al cónyuge a abrir cada vez menos estas puertas.

 

Siempre que se ignora un gesto, se siente como si nos cerraran la puerta en la cara, a pesar del gran esfuerzo que se hace en ocasiones para abrirla. Es fácil ignorar y perder estos momentos, especialmente cuando estamos cansados o estresados. Reconocer las típicas puertas corredizas que abre tu cónyuge requiere intencionalidad, conciencia y práctica.

 

Pedro e Inma tuvieron un día difícil. Inma no estaba muy entusiasmada cuando Pedro le dijo durante la cena que sus padres tenían previsto visitarlos durante el fin de semana. Pedro no entendió el motivo de su reacción. Ambos permanecieron en silencio y la tensión era palpable. En ese momento, en un susurro, Inma hizo un comentario: “Ha sido una semana difícil.” 

 

Aquí, esta es una "puerta corredera." 

 

Ahora Pedro puede decidir si quiere entrar o no. Podría decir algo como “Entiendo. ¿Quieres contármelo? " O podría fingir que no lo escuchara, ignorar esta puerta y estar de mal humor y en silencio.


Cuando se juntan a lo largo del tiempo, las decisiones que tomemos sobre nuestras reacciones en estos momentos tendrán un impacto significativo en el éxito de nuestra relación.

UN PASO MÁS PARA MI RELACIÓN:


Esté alerta a cualquier puerta corrediza que tu cónyuge le abra. ¿Cuáles has notado recientemente? ¿Cómo reaccionaste?